Durante
más de 30 años, Michael King ha sido un misionero del movimiento. Su
infancia recordaría en algo a la del protagonista de la afamada película
“Billy Elliot”; Michael creció en Scunthorpe y fue el primer varón de
su región en convertirse en bailarín. “Me apasionaba la gimnasia y la
natación”, nos cuenta “pero mi profesor de educación física no me dejaba
practicarlos. Había que jugar al fútbol. Así que fui infeliz al
principio, hasta que me uní a un grupo de danza”. A raíz de ese suceso
la vida de Michael King cambió. Se presentó a unas audiciones, y logró
que le aceptaran en el London School of Contemporary Dance. “Cuando ya
bailaba me lesioné la espalda y fue encontes cuando comencé a practicar
Pilates. Yo diría que el Pilates me encontró a mi”, menciona.
Mentores de Pilates
Al
inicio de la década de los 80, Michael inauguró su propio estudio de
pilates, llamado Body Control, vinculado a los estudios de danza
Pineapple, de la zona de Covent Garden en Londres. Poco después Herdman
le brindó la oportunidad de dirigir un estudio de pilates en la Houston
Ballet Company. “El estudio para bailarines se abrió también al
público general, y comencé a incorporar un programa de fitness a la
academia, paralelamente al entrenamiento Pilates”, nos explica. Durante
esos años, Michael viajó mucho por los Estados Unidos de Amércia, y
entrenó con personalidades como Romana Kryzanowska, Ron Fletcher y
Carola Trier, quien había sido colega de su mentor. “Mi experiencia me
mostró pronto que el Pilates es como el patchwork, en el sentido de que
es variado y diverso. Todas las personas con quien entrenaba sentían
pasión por el pilates, pero había diferencias. Siempre he visto esas
diferencias dentro del “Método Pilates”. Alan [Herdman] hacía su
versión del Pilates. Lo que yo suelo decir a los alumnos es que sólo
una persona hacía Pilates auténtico, y ése era Joseph Pilates. Desde su
época, todos los demás han desarrollado variantes del Método, conforme
a su bagaje personal”.
Tras
diez años en Houston, Michael sentía la necesidad de expandir sus
horizontes y se trasladó a Los Ángeles. Le contrataron en Voight Center
para enseñar programas de fitness, y trabajó también para varios
estudios de pilates, incluido el de Mari Winsor. “Para mi lo habitual
era dar pilates en un sitio y después correr por la calle para dar
clases de fitness en algún otro lugar. Aunque en esa época era como
estar en dos mundos diferentes. Una de las cosas que más disfrute me ha
aportado en la vida es cuando ambos mundos comenzaron a juntarse. Yo
entiendo el mundo del fitness, así que vincular el Pilates y el fitness
me resulta lógico”, afirma.
Un Enfoque Internacional
En 1995
Michael se mudó a Suiza para dar clases y años más tarde, en 1999,
regresó a Londres para fundar The Pilates Institute. Es cuando estaba
con la compañía, la mayor resposable de formación de instructores de
pilates en el Reino Unido. Dejó el instituto en el año 2008, y se mudó a
Uruguay, donde abrió otro estudio. De su nuevo país dice: “Es un lugar
especial, política y económicamente seguro”. Hoy en día, según explica
Michael, el Pilates se practica en muchos países del mundo. Él ha
trabajado con equipos de Hockey de Siberia, ha impartido clases y
workshops por toda Europa, Asia, Australia y Nueva Zelanda, y hasta ha
entrenado a un monitor en el Tíbet. Está convencido de que el Pilates
tiene un carácter específico en cada país “ a veces se basa más en el
trabajo de suelo que en la utilización de máquinas. Por ejemplo, en
Argentina hay cientos de pequeños estudios de máquinas, y no enseñan
suelo”. Nos cuenta que en Inglaterra, lo normal es que el pilates se
haya basado en el Matwork, aunque ahora existan programas de
certificación que incluyan las dos cosas. “Lo cierto es que la visión
que cada lugar tiene del pilates depende en gran medida de qué formador o
qué escuela de Pilates entraran primero en el país. Actualmente, la
mayoría de convenciones invitan a diferentes escuelas, con lo que la
gente de otros países comienza a ver más variedad”.
Michael,
que también pasó tiempo dando clases en Turquía, aclara que “los
turcos están obsesionados con el Pilates, con lo que en Estambul -y
especialmente en su zona europea- hay muchos estudios de pilates
individuales con excelente equipación. Al igual que los brasileños,
adoran el fitness. Brasil es también un gran mercado, posiblemente el
segundo mayor mercado del fitness [después de norteamérica]”. Pero
también nos cuenta que en otros países, la tónica es bien distinta. “En
India, por ejemplo, he visto algunas máquinas extrañas, muy sencillas, a
las que llaman equipamiento de Pilates. En China he visto cosas
parecidas. Normalmente, en India o China, sólo la gente adinerada tiene
acceso a clubs de fitness o estudios de Pilates”. El salario como
instructor en muchos países es bajo, entre dos o tres dólares por clase.
“En Argentina, por ejemplo, si ganas cinco dólares por clase, te
consideras bien remunerado”, nos cuenta.
Las claves de la enseñanza
Michael
ha elaborado su curriculum profesional a lo largo de muchos años, y
pasando por más de 60 países diferentes. Califica su programa como
“basado en la evidencia”, y en él, los estudiantes reciben instrucción
experta y educación con un método. Después han de demostrar que son
competentes y que entienden tanto los conceptos como la ejecución.
Michael considera que es importante aprender pilates de manera
reflexiva; “No quiero que la gente salga de mis cursos diciendo “Michal
King dice esto o lo otro”. Los instructores tienen que tener seguridad,
pero no porque yo lo haya dicho, sino porque han entendido la
información”. Y continúa “Como instructor, cada día estás solo en tus
zapatos y has de ser conocedor”. Los últimos diez años de Michael han
sido muy dinámicos: “He estado formando instructores en muchos países
diferentes. Pero en el fondo, siempre me ha encantado enseñar a
clientes. Es lo que he hecho siempre. Formar monitores es general pero
es necesario mantener el contacto con uno mismo. No puedes centrarte en
los profesionales y dejar de dar clase a clientes. Los clientes son los
que te enseñan a utilizar las ayudas verbales y tactiles, y a
demostrar los ejercicios. Son los que te muestran los verdaderos retos
de la enseñanza”.
El Futuro
Cuando
le preguntamos acerca del futuro, Michael comenta que a su manera de
ver, el pilates se ha convertido en una marca, como sucedió también con
el aeróbic en los años 80 y 90. “Por aquel entonces la cosa giraba
entorno al calzado, y los instructores me decían “Soy instructor de
Nike” o “Yo soy instructor Reebok”, y yo les contestaba “¡No! Eso es una
marca de calzado y tu no eres un zapato eres un profesor” Y así
continua “Ahora tenemos marcas de equipamiento pilates, que luchan entre
sí por apoderarse del nombre en el mercado, y los instructores
comienzan a denominarse según el equipamiento”. A Michael le emana aquí
la emoción y comenta: “esto me vuelve loco, me recuerda al pasado con
el calzado, y por supuesto que necesitamos equipamientos de calidad,
pero son sólo herramientas que se usan. Nuestra habilidad es el
conocimiento y siento que debemos transmitir el legado de esta
maravillosa técnica y la esencia del método”.
El
Reino Unido cuenta en la actualidad con estándares nacionales de
Pilates, cosa que no sucede en muchos otros países, donde la experiencia
depende más de quién sea el instructor que te ha dado clase. Michael
explica que “es gracioso, porque esto ha sido un arma de doble filo.
Inicialmente fui muy instrumental cuando desarrollaba los estándares con
OCR y el Nivel 2 de Pilates, pero luego con el nivel 3 y el REPS
(Registrar of Exercise Professionals), lo que me parece es que es
importante tener un estándar nacional. Y prosigue, “Todos los
proveedores de entrenamiento del Reino Unido reciben ahora un nivel
común, y pierde algo de relevancia quién ha sido su tutor. Aunque aún
sigue siendo importante y yo sigo dando los cursos de nivel 3 en el
Fitness Industry Education de Londres”.
No hace
mucho, en una convención inglesa, alguien se sorprendió de volver a
encontrarse con Michael y le preguntó: “¿Cómo es que sigues dando
clase? Pensé que te habrías retirado”. A lo que Michael contestó que, en
lo que a él respecta, ¡todavía no está haciendo más que empezar a
calentar!
Michael
ha trabajado la técnica Pilates durante más de 32 años, y fue director
fundador del Pilates Institute. Sus programas se enseñan en más de 26
países de todo el mundo, e imparte la Certificación de Nivel 3 de
Matwork, exclusivamente en el Reino Unido, y para el Fitness Industry
Education. Para más información sobre sus cursos, entra en
www.FitnessIndustryEducation.com o en la página personal
www.michaelkingpilates.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario